domingo, 8 de agosto de 2010

LA CIENCIA Y ALGUNOS DE SUS MÉTODOS

¨ La ciencia es un instrumento que le sirve al hombre para descubrir sus posibilidades y para enfrentarse a sus límites, se constituye en un poderoso aspecto que se integra al conocimiento para proporcionarle mayores posibilidades de vida. La ciencia abre al hombre un horizonte insospechado que le permite entrar en contacto con todo lo que lo rodea. Pero, es claro que en su modo de entender la realidad el hombre ha desarrollado una serie de métodos que le permiten hacer ciencia. Y estos métodos han sido resultado también del avance propio de la ciencia en su necesidad de ser más certera. ¨

¨ Debemos reconocer que: “La ciencia, no sólo es importante para el hombre por sus muchos descubrimientos, sino también por sus métodos y modos específicos de pensamiento”, de esta manera, admitimos la importancia de la ciencia en la organización del pensamiento del hombre que le ha permitido avanzar significativamente y construir teorías, métodos específicos que favorecen la investigación en todos sus niveles.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que un método es “un procedimiento para tratar un conjunto de problemas” cada clase de problemas requiere métodos o técnicas especiales. El método supone un proceso especial que se desarrolla de manera progresivamente y que se aplica a la resolución de distintas problemáticas que requieren técnicas especiales y que no podrán abordarse de manera ingenua. Descartes en sus “Reglas para la dirección del Espíritu”, en la Regla IV nos dice que el “método” es necesario para la investigación de la verdad.¨
Esto es cierto si tenemos en cuenta que precisamente en la investigación lo que se busca es formular una verdad y esta puede tener un grado de mayor veracidad si, en su búsqueda, se aplica un método concreto. (Edison Tamayo Castaño – www.monografias.com)

Operaciones del Entendimiento

• Inducción: la inducción es el proceso mental consistente en obtener conclusiones o principios generales a partir de pruebas incompletas que ofrece la realidad. Esta forma de ascender el entendimiento de lo particular a lo general constituye una de de las actividades más corrientes de la vida diaria, hasta el punto de que casi todo lo que sabemos lo sabemos por inducción.
Según este método de razonamiento, observamos un fenómeno cualquiera como verdadero en un número determinado de situaciones similares y a partir de ahí, de esta muestra, concluimos que el mismo fenómeno es verdad en todas las situaciones de la misma naturaleza. La validez de una ¨ley general¨ establecida de este modo dependerá siempre del número y la representatividad de los casos en que se apoya.
Debidamente usado, el proceso inductivo ha sido y continuará siendo el instrumento de primer orden en el progreso de la ciencia. En cambio, cuando se abusa de él, este proceso es causa de concepciones erróneas y de prejuicios.
Las generalizaciones o conclusiones que podemos obtener por medio de la inducción ofrecen sólo probabilidad de certeza. El hecho de que el sol haya salido siempre no es prueba absoluta de que vaya a salir mañana, pero la probabilidad de que así ocurra es lo suficientemente grande como para poder planear el futuro con confianza. Ni siquiera los hombres de ciencia pueden examinar todas las instancias ni observar todos los casos para establecer sus leyes y generalizaciones.
La prueba usada para apoyar una conclusión o proposición general obtenida por inducción puede ofrecer formas diversas. La más corriente es la observación seguida de la experimentación y el análisis de hechos, cifras y datos en general.

• La Deducción: el silogismo

La deducción es lo contrario a la inducción. Mientras ésta va del hecho específico a la conclusión general, la deducción procede lógicamente de lo universal a lo particular. Del principio general deriva el conocimiento de una instancia particular.
La dependencia mutua entre pensamiento deductivo y pensamiento inductivo puede apreciarse de forma casi constante en nuestro razonamiento diario. Tras examinar un gran número de pacientes, los médicos lograron saber por inducción que la presencia de fiebre, dolor de garganta, estornudos, tos y otros síntomas, acompañados de de cierto tipo de erupción, indican probablemente un caso de sarampión. Hoy, el médico que descubre estos síntomas en un paciente diagnosticará el caso en forma deductiva más o menos de esta forma:
¨Todos los pacientes que reúnan una combinación de ciertos síntomas tienen sarampión; este paciente presenta la mencionada combinación de síntomas; luego, este paciente tiene sarampión.¨
La inducción, como vimos, no va más allá de una fuerte probabilidad; pero la deducción llega a la certeza absoluta dentro de sus propios términos: Si aceptamos que todos los cuerpos caen al centro de la Tierra debido a la atracción de la gravedad y que A es un cuerpo, concluiremos que dicho cuerpo A también caerá. Este procedimiento de obtener un nuevo juicio a partir de otros conocidos recibe el nombre de silogismo. El silogismo es la expresión más sencilla y completa del raciocinio.

¿Inducción o deducción?

Como los silogismos se inician con una premisa mayor lograda generalmente por inducción, cierto tipo de argumentación puede considerarse como inducción o como deducción. Veamos este ejemplo: ¨Miguel Prieto no bebe; un día será el marido ideal de alguna afortunada jovencita.¨
Podemos leer esto como silogismo, en el que se hallaría implícito la premisa ¨los no bebedores llegan a ser buenos maridos.¨ Pero también podríamos considerarlo como inducción y sostener que la muestra (el hecho de que Miguel Pietro no beba) es insuficiente para sustentar la conclusión sobre el tipo de marido que va a ser.
Al analizar el silogismo, es preferible no juzgarlo como verdadero o falos, sino como merecedor o no merecedor de confianza. Una conclusión no digna de confianza puede no obstante ser verdadera. A partir de una premisa mayor dudosa como es ¨ los no bebederos llegan a ser buenos maridos ¨no puede deducirse con certeza que Miguel Prieto vaya a ser un marido ideal o un buen marido, pero muy bien pudiera ocurrir que Miguel fuera efectivamente ese marido ideal. Es decir, cuando rechazamos un silogismo por no merecernos confianza, diremos que la conclusión no está probada por la argumentación silogística. Es preciso insistir en esta distinción entre conclusión lógica y verdad. Como Ionesco en Rhinóceros:

¨Todos lo gatos mueren.
Sócrates está muerto;
Luego, Sócrates es un gato.¨

Respuesta del estudiante: ¨Es verdad. Tengo un gato llamado Sócrates.¨


El Método dialéctico: concepto y características

¿Qué es la dialéctica? Sócrates fue quien primero destacó la dialéctica como arte o ciencia del raciocinio y de sus leyes. En esencia, el proceso dialéctico se manifiesta en forma de una afirmación o proposición a la que se opone otra de sentido contrario, seguida por un debate entre ambas.
Una extensión del concepto dialéctico se debe al filósofo alemán Hegel y a Marx, con su concepto del materialismo dialéctico. La noción es que existe una tesis a la que se opone una antítesis y, finalmente, ambas se transforman en síntesis.
La dialéctica es un procedimiento útil y rico que permite la depuración del conocimiento del cual se confronta: ¨ oscilación del pensamiento que va de un juicio a su contrario, que pretende resolver las contradicciones siempre renovadas, búsqueda de una verdad siempre contestada.¨ (Alméras y Furia)

Gran número de nuestros sistemas tienen como base la posición antagónica. El sistema legal, por ejemplo, funciona sobre la idea de que una parte contendiente mantiene un punto de vista al que se contrapone el de la parte adversaria. De igual modo, el sistema político de los países democráticos funciona sobre la base de que el gobierno cuenta con unos planes de política determinada a los cuales se oponen siempre los del grupo político de oposición.
La realidad social es la dialéctica. No admite juicios absolutos. Personas, circunstancias y hechos son siempre cambiantes. A cualquier proposición surge siempre la proposición contraria, al referirnos a un fenómeno real.

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